martes, octubre 28, 2008

De Explicaciones y Explicadores

He terminado de leer "The Suspended Middle" de John Milbank y me he quedado con el mal sabor de descubrir otra vez que es mejor leer directamente al explicado que a su explicador. The Suspended Middle Me pasó lo mismo con Hans Urs von Balthasar tratando de explicar a Karl Barth. Y recuerdo haber tenido las mismas impresiones cuando leí a Küng exponiendo también a Barth. La fuerza, la frescura chispeante, la claridad asombrosa que de repente se vuelve enceguecedora que hay en Barth no la he podido ver recogida ni parecida en sus críticos-comentaristas católicos. Y ahora descubro que de Lubac es más fascinante, deleitable, agradable y claro que sus comentaristas.

Tal como mencioné en días anteriores decidí detenerme unos días para leer la obra de Henri de Lubac "The Mystery Of The Supernatural", y el librito de Milbank sobre éste, con tal de ampliar las impresiones que ya tenía sobre de Lubac y su concepto sobre la relación gracia - naturaleza, particularmente en lo que se refiere a lo sobrenatural. Además así completaba lo que ya había leído en su "Augustinianism And Modern Theology". En los días que siguen haré una serie de presentaciones del pensamiento de de Lubac en este aspecto y la radicalización que ha hecho de él John Milbank, que de por sí tampoco me gustó, pero ya hablaré de eso.

Todo esto ha venido a raíz del libro de Fergus Kerr que leí queriendo ver algún contraste, como especie de presentación sinóptica, entre las versiones de Tomismo que existen actualmente. De pronto me pareció interesante echarle una mirada al pensamiento de de Lubac, pero ahora viendo en él la influencia de Étienne Gilson y Maurice Blondel a ver si capturaba qué había detrás de la crítica y del sonido de la trompeta de alarma que sonó Garrigou-Lagrange cuando se publicó Surnaturel.

Se ha abierto todo un mundo delante de mí y quiero salir a explorarlo, pero eso me alejaría un poco de los temas de la justificación y la gracia como operativa y justificante y prefiero quedarme en ellos y luego ver estos problemas que recogían von Balthasar, de Lubac, Gilson, Maritain, Bouillard, Rahner y en los que incluían a Barth como compañero de diálogo.

Brief Catechesis On Nature And Grace
No me pude contener y ordené el librito "Brief Catechesis On Nature And Grace" también de de Lubac : ) así que también sacaré de él algunas cosas cuando haga la serie de estos días, pero después de este de verdad que ya no sigo.

Algo de todo esto que me dejó perplejo es descubrir que así como hay personas como Garrigou-Lagrange que, encima de que son unos ¡santasos!, tienen una capacidad intelectual y claridad asombrosas, también hay los que no tienen ni la más mínima idea de lo que critican o corrigen y levantan una humareda tremenda alrededor del trabajo de una persona y así hacen pasar la obra de esta persona a la posteridad como algo rechazable y matizado con los tonos más desagradables, cuando en realidad lo criticable de su trabajo es puntual y preciso y de corregirse podría tomarse mucho de valor de lo que ellos aportan. Para no hablar del caso de los que cuya obra ni siquiera es corregible y sus aportes han sido rechazados por el falso testimonio de ignorantes fustigados por sus pasiones y el afán carnal de la contienda.

Me bastaron un par de años participando en un foro católico para darme cuenta que nunca falta el que cree que para "defender la fe" le es lícito torcer y abusar de las opiniones del que no piensa como él e incluso llegar al nivel de la calumnia con tal de heretizar (¿?) la opinión del que considera su "contrario". Quizá esto no sea sorpresa para nadie, sobre todo si eso proviene de un católico, ya saben... por todo aquello de la Inquisición, los fiascos como el de Juana de Arco, los intentos fallidos contra Galileo, etc. Pero es sorprendente y difícil de aceptar para uno que conoce el sistema, y que aunque reconozca sus fallas ama, valora y sabe (¿asume?) que detrás de todo esto existe la Caridad y prima el Amor por la verdad.

Tamaña sorpresa se lleva uno cuando pudiendo explicarse perfectamente se encuentra contra el muro de unos oídos sordos que no quieren escuchar explicaciones y hasta que no tengan en sus narices el olor a carne quemada no se aquietan; pues si eso lo vive uno pudiendo tener la oportunidad de defenderse ¡cuánto más no le hacen al que no puede! De pronto uno reconoce que a la Caridad se le hace tanta publicidad y lo ve uno todo como lleno de banners, bajantes y carteles, pero ella, La Caridad, está ausente, sólo existe su publicidad.

En estos últimos años he ido sorpresa tras sorpresa descubriendo riquezas inmensas en el trabajo de algunos Padres de la Iglesia, Santos y teólogos que en su momento no quise conocer a fondo por el prejuicio sembrado por alguna figura de autoridad a mi alrededor en su contra; para luego descubrir que no solamente no había nada heterodoxo en sus escritos sino que precisamente ellos estaban plenamente en la verdad. Por eso he decidido entrar al diálogo con de Lubac aunque mi amor por Garrigou-Lagrange no tenga medida.

Bueno, y para que me ayude con la explicación de ambos también ordené un libro de Aidan Nichols sobre la diferencia entre ellos, pero de seguro que ya ese es el último y no más... por ahora : )

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