jueves, octubre 16, 2008

Gracia 101 (Parte II)

Volviendo al descubrimiento de la poquedad de cada uno me encantan algunas palabras que Dios ha dicho que son verdaderos y reales parámetros que nos señalan cuál es la consistencia de la relación entre Él y nosotros, palabras como "Dios resiste a los soberbios y da su gracia a los humildes" o como "Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes". Aquí está claro que alguien que no acepta la infinita distancia que lo distingue a él del Dios-Amor y que lo ubica a él en el plano más bajo que hay, ya ha violentado la base misma para relacionarse con Dios. Pero estas palabras no significan que debe haber una condición en el hombre que pone él para que la gracia opere, sino todo lo contrario, lo que dicen es que el hombre puede rebelarse contra esta oferta que es siempre universal y gratuita y que fue precisamente la gracia la que le creó en estado de humildad y el no-ser-humilde ya indica lo único que el hombre puede poner de su parte: soberbia-negación; indica que el hombre sin la gracia hace lo contrario que ella.

Y lo más bello de todo esto es que si alguno se imagina que esta rebelión del hombre puede frustrar la operación de la gracia pues ese tal yerra. Dios ha dicho que su gracia se muestra mayormente precisamente donde encuentra rebelión. Es muy fácil hacer parte con María y con Pedro cuando hablan de la oferta de gracia para los humildes porque sus opiniones pueden ser aceptadas por el hombre natural que no ha escuchado la Revelación. Pero a este hombre le escandalizarían frases como "en cambio, al que, sin trabajar, cree en aquel que justifica al impío, su fe se le reputa como justicia" o como esta otra: "Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito" o esta otra "Yahveh no nos trata según nuestros pecados"... y es que así como el Creador se encuentra con los buenos Pedro y María también se encuentra con los malos David y Saulo, y aunque Él lidia de maneras distintas con cada uno a ambos le da lo mismo: Gracia. Gracia para el bueno y gracia para el malo.

Y ahí está lo que me asombra y me deja perplejo de nuestro Dios: que el es Amor y el Amor siempre se da aunque alguno se rebele contra él, y ese lo único que encontrará es que su rebeldía se verá mayormente saturada con mayores ofertas de paciencia y bondad para eliminarla, de manera tal que donde abundó la rebeldía sobreabundó la gracia porque a Él le pareció bien encerrarnos a todos en rebeldía para tener misericordia con todos... sencillo: pudiéndonos dar amor limitado prefirió amarnos hasta el extremo.
Me sorprende que cuando Dios dice que "Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor." casi todos los cristianos se enfilan para construír un sistema de ética y responsabilidad humana "fundamentado" en estas palabras para mandarnos a todos a que nos amemos y nos responsabilicemos de los otros. Sin embargo estas palabras muestran este aspecto de radicalidad en el que Dios se muestra como el In-Cognoscible, como el que no se puede conocer a menos que Él se manifieste desde la liberalidad de su Amor y este aspecto casi nunca es reconocido. Aquí queda reducido a nada el ideal natural con el que se pretende llegar a Dios prescindiendo del encuentro amoroso con Él que Él mismo provoca. Lo primero que estas palabras hacen, confirmado con aquello de que "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó", es presentar a Dios como el que antecede al hombre en todo y le sale al encuentro.

Quizá todavía me queda demasiado por aprender de esto que los expertos en teología suelen llamar aesthetics, pero mientras tanto, por más que me agrade Bono tengo que discrepar con él cuando él dice que "la gracia encuentra belleza en todo" ("grace finds beauty in everything". Grace, All That You Can't Leave Behind, 2000). Para mí estas palabras del Dios-Amor no significan que la gracia se deleite en lo que encuentra, sino que el Dios-Amor crea amor donde quiera que llega. Este Dios no es atraído por la belleza, a Él le mueve su voluntad (y su voluntad es Amor), nada le atrae, Él es que crea lo bello, Él es que convierte lo que sea en belleza y es Él quien produce Amor. El hombre es nada, salió de la nada, es una terrible ilusión imaginarse que él va a atraer a Dios por algo que tenga (aunque eso lo haya recibido). Del mismo modo que es una ilusión imaginarse que algo que haga el hombre va a alejar a su Creador; lo máximo que logrará será vivir en un estado de rebeldía y tensión con su Creador, pero nunca lejos de Él... y a lo sumo lo más que puede esperar es que su rebeldía sea conquistada con lo único que hay del otro lado: Amor.

Y por eso me encantan estas palabras de Dios que centran su amor en la persona de Jesús no sólo para que él sea ofrenda por nuestros pecados, sino "para que vivamos por medio de Él". La gracia no es sólo remedio para el rebelde, es también sustento para el que escucha y acepta. No hay un hombre que puede permanecer sostenido a menos que no le sostenga la gracia.

Y cualquier hombre, en el estado que sea que se encuentre, sólo puede imaginarse que Dios le va a alcanzar con Gracia y se va a relacionar con él graciosamente y esta gracia es gracia Cristiana. Todo lo que puede un hombre imaginarse de su trato con Dios debe verlo como un reflejo en cómo Dios se ha relacionado con el Hombre por excelencia que es Jesús.

Y en este tiempo a mí no me interesa hablar de gracia que no sea gracia-en-Jesús. Amén.

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