Rosana y Los Auxilios de la Gracia
Desde que empecé a tener conciencia que podía relacionarme con Dios en términos amorosos la Amada del Cantar de los Cantares se convirtió en una especie de reflejo donde veía lo que ya era y lo que quería ser. Me calaron bien hondo esos versos que dicen "En mi lecho, por las noches, he buscado al amor de mi alma. Busquéle y no le hallé".
Confieso que siempre he leído este libro con los ojos de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila. De San Juan me impresionó la imagen de ser herido de Amor, de ser seducido y de pronto descubrir que el Amado se desaparece y se "esconde". Tengo esa sensación siempre, de que le busco y de quererle encontrar, pero en mi caso la verdad es que siempre le encuentro. Es agradable y excitante buscarle, añorarle, anhelarle y pensarle siempre como si me faltara... pero en mí eso hace el encuentro más impresionante, es como una especie de foreplay.
Le estaba pensando cuando escuché esta canción de Rosana, y también allí le encontré:
Si quieres verme caer del cielo
tendrás que cortar el aire
Es imposible que la corriente
no sople en alguna parte
Aráñame el corazón
encadéname las alas
que siempre quedan los que me quieren
que siempre quedan los que me desatan.
Ay... que estando en la cuerda floja
no consigue nada el que no se moja
Ay... que cuando elevas el vuelo
el que no aletea se cae primero
Si quieres verme caer del cielo
tendrás que ponerle ganas
Es imposible que tu me arranques
la fuerza que Dios me manda
Aráñame el corazón
envenéname la herida
que siempre quedan los que me quieren
que siempre quedan los que me la cuidan
[...]
Se cae primero el que se ve vencido
el que no arriesga más de lo debido
el que se cae, se aguanta y nunca se levanta
hay que nadar hacia la esperanza
alzar el vuelo, inténtalo de nuevo
y da la vida con el alma en cueros
siempre de frente cuando hay contracorriente
que en la orilla está la suerte
[...]
Ay... que estando en la cuerda floja
no consigues nada si no te mojas.
(Siempre de Frente, Rosana, 2001)
De pronto me reí, vino a mi mente Elías cuando se burlaba de los profetas de Baal. Me pareció que estas letras de Rosana eran una burla para los ataques que suben desde los cuarteles de nuestros tres enemigos: carne, mundo y diablo (con minúscula). Era como si de pronto Rosana se convirtiera en una Tomista, como si fuese la asistente del dominico español del siglo XVII Domingo Báñez y le hubiese dedicado una canción a los auxilios divinos de la gracia actual.
La canción empieza con unos versos que hablan de una certeza de tener un lugar en el cielo que parece sacada de Efesios 2, 6 "y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús". Me parece que esta es la luz que ilumina toda la canción, saber que uno tiene un lugar al lado de Jesús y, precisamente allí, en el cielo. No es un lugar "reservado", es más que eso, es como si ya Jesús ocupara nuestro lugar y nos invita a ver la vida desde allí; es una invitación a tener una perspectiva "celestial" que nos llene de la conciencia de que estamos en el mundo, pero ya le hemos vencido y lo hemos "domesticado". Que aunque aquí debajo parezca que nos estamos ahogando y que nos falta el aire, siempre habrá una oferta divina que nos envíe corrientes frescas de su brisa santa.
El verso de que "es imposible que la corriente no sople en alguna parte" parece escrito contra los Jansenistas. Es una confianza absoluta en que la ayuda divina nunca faltará, que literalmente no habrá nada imposible para alguien que se sabe sentado al lado de Jesús (¡en el cielo!) pues Dios siempre enviará sus auxilios para los suyos.
Lo que entiendo ser una parte burlona al extremo es esta de: "Aráñame el corazón encadéname las alas que siempre quedan los que me quieren que siempre quedan los que me desatan" es un reconocimiento de que nuestros enemigos tienen acceso a nosotros, es un reconocimiento de su poder, es un humilde confesar que estamos a merced de ser atados y hasta inhabilitados por la acción de los que nos quieren arrebatar lo que hemos recibido en Jesús, pero no es una concesión, no es un rendirse, ni mucho menos una resignación, esto es ante todo ironía: es saber que son más los auxilios favorables con los que cuento que los escollos que podré encontrarme. Es reconocer la limitación-pequeñez propias y al mismo tiempo alegrarse burlonamente al contemplar la inmensidad-constancia-poderosa e infalible de los auxilios con los que seré ayudado.
La segunda estrofa habla más claro de lo que yo interpreto en esta canción al referirse a "la fuerza que Dios me manda"; pero es lo que la precede lo que me sorprende: "es imposible que tú me arranques". Aquí se repite la palabra "imposible" tal como en la primera estrofa, pero esta vez está la dificultad de que se declara que una vez Dios nos ha dado su fuerza es imposible que nos sea arrancada. Uno podría objetar que ciertamente somos testigos de que algunas veces Dios nos ayuda y aún así nosotros caemos fuera de su voluntad; pero en este verso yo interpreto una afirmación de la eficacia de la gracia. Una vez Dios nos ha otorgado la gracia eficaz es imposible que uno sea privado de ella, porque al mismo tiempo no se puede dar que recibamos gracia eficaz para hacer la voluntad de Dios y que no hagamos la voluntad de Dios. Todo el tono de la canción va en orden Tomista no Jansenista, la prueba es el corillo y el bridge del final.
Pero antes de eso me detengo en el final de la segunda estrofa que dice: "Aráñame el corazón envenéname la herida que siempre quedan los que me quieren que siempre quedan los que me la cuidan". ¡Ja! ¡Me encanta esto! Otra vez la sarcástica mordacidad de reconocer que llevamos una naturaleza gravemente herida por el pecado original y que es esa parte de nuestro ser la que puede ser envenenada y seducida hasta que termina uno como con las alas atadas. El sarcasmo se une al realismo cuando se hace el desafío a que se arañe nuestro corazón, pues esto es la prueba de que aun cuando hemos sido curados por la gracia sanante nuestro corazón sigue estando propenso a ser herido. Este es el ápice de la canción pues aquí se canta a que somos queridos y amados de tal manera que aunque estemos heridos y quedemos en un estado in-amable, des-agradable o des-preciable aun en ese estado seremos visitados por los auxilios de la gracia que no se contenta con querernos sino que también nos sana otra vez.
La parte que se repite como coro que dice "que estando en la cuerda floja no consigues nada si no te mojas" no es Molinismo sino invitación a consentir con la gracia que se presenta como invitación (suficiente) hasta que sea enviado el auxilio (eficaz) que será aire bajo nuestras alas que serán desatadas y sanadas por él.
El bridge del final es impresionante:
"Se cae primero el que se ve vencido
el que no arriesga más de lo debido
el que se cae, se aguanta y nunca se levanta
hay que nadar hacia la esperanza
alzar el vuelo, inténtalo de nuevo
y da la vida con el alma en cueros
siempre de frente cuando hay contracorriente
que en la orilla está la suerte"
Este es el aspecto "humano" de alguien que ha sido agraciado, sólo a alguien que ha recibido la proclamación de que pertenece a los lugares celestiales y ya ha sido encontrado por gran cantidad de auxilios eficaces se le hace la invitación a arriesgarse, dar la vida, alzar el vuelo y nadar contra corriente. Y eso hace la gracia con uno: lo pone en contacto con su debilidad para luego decirle que con ella se hace fuerte, que no debe desmayar nunca porque ella nunca será retenida.
Este es también mucho más que un aclarando para el que acusa a los que se acogen a la gracia de laxismo moral; el que conoce su lugar en los cielos con Cristo no pierde tiempo con aclaraciones para el que no le entiende, pero sí se ocupa del débil en la fe, para no escandalizarle. Y este tono tan bello en el que termina esta canción no se pierde entre disputas sino que declara victoria y bendición (suerte) para el que se encuentra con la gracia y lo hace como invitación a la esperanza que no falla y se manifiesta como acción y tesón en el día a día.
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