Silvio Rodríguez y Hans Küng
En lo que saco tiempo para los escritos sobre Henri de Lubac y su sentido de lo sobrenatural...
Leyendo el segundo tomo de las Memoirs ("Undisputed Truth") de Hans Küng me encontré con la sorpresa de que él había escrito una canción en relación a su reunión con el Papa Pablo VI por allá por el 65 y que la misma fue interpretada por Silvio Rodríguez. Y aquella canción no es nada más y nada menos que esta, aquí la tienen:
Para no hacer de mi icono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
Me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.
Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un "Hijo Nuestro".
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
[...]
Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio,
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
[...]
(El Necio, Silvio, 1992)
¡Ja! Esta estaba como para el 28 de Diciembre, pero después de ocurrírseme no iba a aguantarme tanto.
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